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Terapia para adultos con autolesiones

Terapia para adultos

Autolesiones

Las autolesiones se refieren a cualquier conducta, intencional o auto-dirigida que implica algún tipo de daño, destrucción de tejidos corporales o formación de heridas. Este comportamiento se puede manifestar de muchas formas como pueden ser cortes, marcas en la piel, quemaduras, mutilaciones, golpes y todo ello, puede estar asociado a diversos problemas psicológicos y trastornos mentales.

Estas autolesiones no tienen como finalidad el suicidio en sí; sino que quien las comete trata de lidiar o de enfrentarse al dolor emocional, a la rabia o frustración; lo cual no significa que la persona no haya o pueda tener ideación suicida o haberse planteado quitarse la vida en otras ocasiones.

La persona puede dañarse como impulso para controlar la situación, sintiendo liberación de tensión, seguido de culpa y vergüenza, regresando a las emociones dolorosas.

Según la literatura científica la autolesión deliberada sin intención suicida es un problema de salud pública que compromete a la población adolescente y adulta joven, sin importar sexo, raza o estrato socioeconómico.

Su comienzo se da típicamente en la adolescencia media.

La mayoría de los afectados son mujeres, quienes representan hasta el 75% de los casos, con una relación de 4:1 comparado con hombres. Con respecto a la forma de autolesionarse, las mujeres suelen cortarse con más frecuencia, mientras que los hombres prefieren golpearse.

Existen otras formas de autolesión como quemaduras, pellizcos, mordeduras, ingesta de fármacos e incluso algunos autores describen que auto-tatuarse también se debe incluir en este listado.

Las zonas más afectadas por la autolesión suelen ser los antebrazos y muñecas, seguidos de brazos, codos, muslos y rodillas.

Cualquier área del cuerpo es susceptible de autolesión y usualmente los adolescentes tienden a ocultar las marcas con pulseras o ropa.

La mayoría de los pacientes que se autolesionan inician en la adolescencia temprana con cortes pequeños, con el tiempo lo hacen con más frecuencia y más profundos.

El 12,8% refiere sentirse incapaz de detenerse y el 6,9% presenta una sensación de adicción a autolesionarse, lo cual se asocia con que un porcentaje de pacientes continúen esta práctica en la edad adulta.

A pesar de que la autolesión y el suicidio no significan lo mismo, es incuestionable la relación estrecha entre los dos ya que hasta el 70% de los pacientes que se autolesionan tienen antecedentes de intento de suicidio.

Por lo que, quien se autolesiona tiene un riesgo de 30-50 veces mayor de suicidarse en el próximo año, comparado con la población general. Se ha calculado que por 1 persona que consuma el suicidio, lo han intentado entre 20 a 40, y por cada intento, otro porcentaje piensa en esa posibilidad con cierta frecuencia.

Entre los signos y los síntomas de las autolesiones se pueden incluir los siguientes:

  • Heridas, con frecuencia en patrones
  • Cortes nuevos, arañazos, hematomas, marcas de mordeduras u otras heridas
  • Frotamiento excesivo de un área para crear una quemaduras
  • Mantener objetos afilados al alcance
  • Usar mangas largas o pantalones largos, incluso en climas cálidos
  • Denuncias frecuentes de lesiones accidentales
  • Dificultades en relaciones interpersonales
  • Inestabilidad del comportamiento y emocional, impulsividad e imprevisibilidad
  • Declaraciones de impotencia, desesperanza o falta de valor

Las causas no son únicas, sin embargo, es común que la persona tenga escasa capacidad para enfrenarse a desafíos y/o situaciones que generen dolor psicológico.

Otra razón común es la dificultad para controlar las emociones, expresarlas o comprenderlas, lo que desencadena una mezcla explosiva de emociones que pueden ser de tipo culpa, rechazo, odio a sí mismo, sexualidad confusa, soledad, inutilidad, desesperanza, entre otras.

Los tratamientos que se usan para trabajar con la persona que se autolesiona son la terapia cognitiva conductual y de afrontamiento de problemas como el tratamiento de elección en estos pacientes, cuyo objetivo será la reducción de conductas autolesivas, incrementar habilidades sociales para la resolución óptima y eficaz de problemas, lograr autovalidación y respeto por sí mismo, entrenar en solución de problemas de forma racional y reducir la toma de decisiones y resolución de problemas de manera impulsiva, a través del establecimiento de otras formas de afrontamiento de problemas, incorporando la autolesión como un refuerzo negativo y otras formas de percepción de los problemas como refuerzo positivo.

Otro tratamiento común es la terapia familiar que se deberá realizar como parte del manejo integral del paciente, enfocado en la mejoría de la relación, roles y comunicación.

Otras técnicas y terapias utilizadas y eficaces son la Terapia Dialéctica Conductual (DBT), la cual es una terapia empírica usada en adultos y adolescentes que han sufrido lesiones con y sin intención suicida, cuyo objetivo es mejorar el afecto y regular el comportamiento enseñando habilidades de afrontamiento, como son el mindfulness, la regulación emocional y la tolerancia al estrés.

La terapia basada en la mentalización es un nuevo enfoque terapéutico para los pacientes con este tipo de trastorno; la teoría que se maneja para este tratamiento es que una baja capacidad de mentalización conlleva a problemas en regulación de las emociones y control de impulsividad.

Este tratamiento incluye sesiones individuales y familiares, con el fin de generar una capacidad de mentalización, y así aumentar la capacidad del paciente y su familia para entender las acciones que se deben tomar ante una situación, mejorando el autocontrol y regulación de emociones, disminuyendo así las autolesiones, el aislamiento social, los pensamientos negativos y los sentimientos de depresión.