Este tipo de terapia trabaja en modificar la conducta a la vez que se trabajan aspectos como la relación del paciente con el problema y el contexto en que se vive ese problema en concreto.
El objetivo principal de esta terapia pasa por cambiar el modo de percibir el problema por parte de la persona en tratamiento, sin intentar un control extremo o extirpar sus conductas como si fueran algo de lo que avergonzarse.
Se le ayuda a la persona a observar y replantear la relación entre sus comportamientos y la funcionalidad que se les ha dado.
Se plantea la necesidad de ver el tratamiento NO como una lucha contra sus síntomas, sino en una reorientación vital que le permita generar cambios significativos que sean reales y permanentes.
Se aborda a la persona más allá de la presencia de síntomas para actuar en la subjetividad y percepción personal.
Las terapias con las que trabajamos son el Mindfulness, la terapia de Aceptación y Compromiso y la terapia Dialectico-conductual.
1.- Mindfulness:
Se basa en la atención plena, el poder llegar a un profundo estado de conciencia durante la sesión en terapia, mediante el uso de varias técnicas.
El objetivo es conseguir que nuestra conciencia se relaje y no elabore juicios de nuestras sensaciones, pensamientos o sentimientos, y todo ello a través de la gestión de los procesos atencionales.
Con las técnicas que abarca el Mindfulness el paciente es capaz de aprender a separar la persona en sí “quien es” de sus pensamientos para poder reconocerlos y poner en duda sus patrones mentales.
Además, se da una importancia muy significativa al “aquí y ahora” mediante dirigir la atención al momento presente de manera total y profunda.
La “caja de herramientas” del Mindfulness abarca ejercicios básicos y ejercicios más avanzados que se van entrenando en consulta y practicando en el día a día de la persona, para consolidarlos y que se utilicen de por vida.
2.- Terapia de Aceptación y Compromiso
Se centra principalmente en el trabajo sobre los valores sin evadir ni patologizar el sufrimiento a través de la autoaceptación, la observación de qué pensamos y qué creencias nos provocan dichos pensamientos y se busca guiar al paciente a que se involucre y se comprometa a seguir sus propios valores independientemente de lo que la sociedad dicte, aprendiendo a vivir como uno cree que debe vivir en función de sus propios valores vitales.
Además, esta terapia la utilizamos también como parte del tratamiento en prevención de suicidio al haber tenido resultados muy positivos en algunos estudios recientes.
3.- Terapia dialéctica-conductual de Marsha Linehan (DBT)
Ayuda a pacientes con graves problemas emocionales que inducen a comportamientos autodestructivos como las automutilaciones o intentos de suicidio.
Se utiliza ampliamente en el trastorno límite de la personalidad, y se basa en la aceptación y validación del sufrimiento del paciente.
Está diseñada para ayudar con la inestabilidad emocional extrema (también llamada desregulación).
El objetivo de esta terapia es enseñar técnicas a los adolescentes y también adultos, para ayudarlos a comprender sus emociones sin juzgarlas, además de desarrollar la conciencia reflexiva y dotar de habilidades y técnicas para manejar esas emociones y cambiar comportamientos que puedan mejorar sus vidas, tales como habilidades de efectividad interpersonal (interactuar con otros de manera eficaz), tolerancia a la angustia o habilidad para hacer concesiones (aprende a cómo validarse a sí mismos y a otros, cómo comprometerse y negociar, además de comprender mejor a los demás y a sí mismos).
Se utiliza también en prevención de suicidio, manejo de las autolesiones, abuso de drogas, trastornos de alimentación, depresión, trastorno bipolar, trastornos de conducta disruptiva, déficit de atención e hiperactividad, y ansiedad.